Ardillas a las nueces y microrrelatos inolvidables para leer
  • Inicio
  • mismicrorrelatos
  • Mismicro-RETOS
  • Unadeardillasplease
  • Contacto

COSAS QUE INTENTO

Orgullosa de mi falibilidad... ¡por fin!

5/4/2018

1 Comentario

 
Imagen


​Mi trabajo como periodista casi siempre comporta grandes satisfacciones, no exentas, eso sí, de horas e incluso días de exhaustiva dedicación mental. Pero algunas veces, sobre todo cuando hago entrevistas, se produce una especie de magia entre el personaje entrevistado et moi-même. Y de forma natural, como el que no quiere la cosa, nos sorprendemos hablando sobre yoga, mindfulness, el último libro que hemos leído o lo mucho que nos gusta la leche a pesar de que –sí, lo sabemos– el ser humano es el único mamífero que la toma cuando es adulto y, para más inri, proveniente de otra especie. Esto lo leí en el famoso libro La enzima prodigiosa, de Hiromi Shinya, y al que hago caso omiso en muchas ocasiones. Qué se le va a hacer… la perfección no existe y, como decía Hawking, “sin la imperfección ni tú ni yo existiríamos”. Pero, bueno, a lo que iba. Eso que os cuento volvió a pasarme no hace mucho cuando entrevisté a Manuel Lombo, cantaor y sevillano de pro, para el microsite i-Scenario. Hubo conexión total. No me preguntéis por qué pero Manuel me habló de un libro que le vino genial para relativizar… digamos… ¿la vida entera? Me envió el pdf por wasap y empecé a leerlo: El arte de no amargarse la vida, de Rafael Santandreu. La cosa va de psicología cognitiva. Interesante, ameno y, por suerte, útil en muchas circunstancias. Por ejemplo, me sentí especialmente atraída por la idea de lo que el autor denomina “orgullo de la falibilidad”. O sea, que no pasa nada por no ser perfectos. Que nos equivocamos –yo sin parar–, que no lo hacemos todo bien, y esto es un hecho comprobable y comprobado. Además, ser perfect@ sería tera-aburrido, salvo, eso sí, si se trata de Paul Newman. Porque una mira a Paul Newman y se da cuenta de que otro mundo es posible… Porque existe un antes y un después de Paul Newman… Me he vuelto a desviar de la cuestión. Retomo. Como os decía, yo me equivoco sin parar, fracaso en muchos retos que me autoimpongo y he conseguido uno o ninguno de los objetivos laborales que perseguía allá por el siglo pasado. ¡Así me va! No paro de ampliar –me atrevería a decir que cada año– mi zona de confort. Y estoy convencida de que a lo largo de 2018 vendrán más tropiezos personales y profesionales que me obligarán a ampliarla más y más todavía. Ole. Venga. La comodidad está sobrevalorada y, además, engorda fijo. Equivocarse es incómodo, sí, se pasa una vergüenza infinita al reconocer que –¡horror!– no eres infalible, pero también es vital para despegar hacia nuevos horizontes. Hacia nuevos e IMPERFECTOS horizontes. 
1 Comentario
Alicia
7/4/2018 01:43:47

Maravillosamente imperfecta... Vamos a equivocarnos a endulzarnos la vida, claro que sí!!! Bsss Monti

Responder



Deja una respuesta.

    Hola!

    Aquí voy a contar cómo evolucionan algunos de los retos que me autoimpongo cada día, cada semana, cada mes... cada tiempo. 

    Archivos

    Mayo 2018
    Abril 2018
    Marzo 2018
    Febrero 2018
    Enero 2018

    Categorías

    Todos

    Fuente RSS

Con tecnología de Crea tu propio sitio web con las plantillas personalizables.
  • Inicio
  • mismicrorrelatos
  • Mismicro-RETOS
  • Unadeardillasplease
  • Contacto