Sobre las grandes olas, el barco es un juguete indefenso a merced de los caprichos de las mareas. Nos convierte en esclavos del viento de Poniente que instiga un pensamiento oculto, nuevo, especialmente humano, inicialmente desesperado. Gritamos socorro porque somos valientes. Notamos su bóveda sobre nuestro protagonismo prepotente de infinita juventud, absurdo sentimiento que se desvanece ante su superioridad. La inmensidad nos cubre, nos acoge, nos abraza y nos devuelve al lugar al que pertenecen los deseos de grandeza. Todavía recuerdo los increíbles mundos de tierra firme y, si miro a popa, me veo descalza sobre bancos de arena virgen. No me culpes si yo no te culpo; cada día somos más viejos y ya no podemos contener todo esto que pasa. Pero no, aguarda unos siglos. Todavía me gusta mirar cómo juegan las sombras, unas con otras, en una rutina inquietante y al mismo tiempo hipnotizadora. Todavía espero que el pasado valga su peso en oro y reconforte un sinfín de desazones presentes. Todavía estás en el portal de mi casa vestido de domingo. Todavía es pronto para abandonar el juego. Todavía sueño con resolver la raíz cuadrada en esa ecuación de vida que somos todos. Todavía somos perfectos en una cuarta dimensión que pocos conocen. Todavía creo que el amor es más fuerte que el orgullo. Todavía quiero escuchar esa misma canción una y mil veces. Todavía siento que cuanto más bailo más quiero bailar bajo las luces de neón de las ciudades amadas. Todavía es la ilusión la que mueve mis engranajes. Todavia me gusta que el tiempo se pierda. Todavía estoy limpia de odio, llena de historias, cargada de flores, habitada por hadas. Solíamos abrazar a las almas perdidas de nuestra inocencia cuando los veranos eran largos como lustros, pero no podemos volver atrás; no llores, porque nunca dejaré que te hundas, pero no podemos volver atrás. Los ojos de las ballenas nunca se secan, son líquidos y omniconscientes. No engañan. Hoy me han encontrado en la cubierta. Me han mirado desde su reino de aguas oscuras y he comprendido que no hay edades en el negro de todas las pupilas. Sólo vida.
0 Comentarios
Tu comentario se publicará después de su aprobación.
Deja una respuesta. |
Hola!Si os gusta leer y no tenéis tiempo, éste es un rincón fantástico para lecturas rápidas. A mí me encanta escribir, así que, ¡genial! Archivos
Agosto 2018
Categorías |