Regresa a aquellos días de noviembre en los que la eternidad era una tarde de viernes.
Todos los secretos encerrados en una carpeta de cartón azul marino, a salvo de miradas curiosas. Regresa a la inconsistencia de la realidad, siempre mucho más débil que las emociones adolescentes. Y danzamos y danzamos y en nuestras múltiples vueltas ciegas rompemos un marco. Vuelve a sentir la mirada tímida de alguien que se esconde tras una cortina estampada de risas. Somos aquello que no cesa de ser. Somos una ola que se resiste a morir en la orilla y quiere repetir sin sentido su ir y venir constante. Sólo porque le apetece. Sólo porque, por ese segundo en el que cierras los ojos mientras escuchas la canción, vuelves a ser tú mismo. Y el perfume naranja de los años vividos se mezcla con el vodka en un cóctel imposible de tiempo, sueños, rabia y deseo. ¿Has olvidado las contraseñas secretas para contagiar la sonrisa perfecta? Regresemos a la vida, pues la vida, si no, se escapará con otros menos muertos.
2 Comentarios
4/8/2016 19:22:54
Me temo que sí, que he olvidado las contraseñas secretas. Pero la vida no tiene una dirección de correo electrónico dónde enviar un "restarurar contraseña". Tampoco tenía la sonrisa perfecta. Pero me gusta-ba sonreir
Responder
Nonazo
11/8/2016 12:10:06
Me fascina cómo cada cosa que escribes me transporta al pasado y al futuro sugiriéndome mil imágenes que, en un continuo dejavú, creo haber soñado antes.
Responder
Tu comentario se publicará después de su aprobación.
Deja una respuesta. |
Hola!Si os gusta leer y no tenéis tiempo, éste es un rincón fantástico para lecturas rápidas. A mí me encanta escribir, así que, ¡genial! Archivos
Agosto 2018
Categorías |