El río Solimoes y el río Negro fluyen parejos durante seis kilómetros sin que sus aguas se mezclen. Cada cual con su propio ritmo, cada caudal con temperatura y color diferentes. Independientes. Yo nací sólo una, con la piel de futuro preparada para fluir y correr en plena libertad. Y no acaba nunca este camino que he emprendido, nunca se sacia el esfuerzo por sobrevivir ni el ansia por alcanzar aquel espejismo que soñé otra vida. Como estos dos ríos, fluyo alocada a veces, consecuente tantas otras, sin tener conciencia de lo que el tiempo espera de mí. Y soy sólo una, pero puedo ser menos que eso si miro al cielo en esos días azules en los que el sol y la luna se enfrentan cara a cara. ¿Qué podría definirse más grandioso? A veces soy una YO diminuta, asustada por las formas amorfas de las motas de polvo. Y otras soy sólo UNA porque eso ya es más que cero. Pero como a estos ríos, siempre en carrera incesante, el choque contra las puntiagudas rocas de las edades me divide en mil racimos de gotas que brotan de la espuma dulce, y explotan sin remedio. Y es bonito que exploten, y más si es sin remedio. Porque a veces es reconfortante imaginar que hay cosas que no dependen de mí. Como estos ríos, arrollo plantas y me revuelvo un tanto si la curva es cerrada, sin tiempo de flotar entre nenúfares y amigos. Sin fuerzas para mirar atrás y ver el panorama. Con ganas de seguir el curso de los acontecimientos. Yo soy SOLO una, pero tras terminar mis seis kilómetros de solitud con billete de tercera clase, quizás esté cansada del viaje y necesite una nube rosa, una mirada constante, un soneto dedicado, un dibujo imaginado o una ciudad fantasma. Y, como estos ríos, puede que mire a un lado y descubra, al fin, el vértigo de ser simbiótica. Entonces ya no habrá quien nos seque. Llegaremos al mar, seremos muchos.
1 Comentario
Nonazo
19/8/2016 18:47:33
Siempre hay un momento en tus escritos en los que mi mejilla se topa casi con los ojos, por la sonrisa placentera de haberme emocionado, o identificado o dado cuenta de algo que debería haber sabido yo solo. Ese chocar de mis abultados carrillos de Nocilla con mis galardonadas patas de gallo son tuyos, Monty Mon.
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Diciembre 2018
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