Hay un regalo especial para cada uno de nosotros. Es algo mágico que moldea el corazón de los más valientes guerreros de la vida. Puede ser poesía o prosa, viento o calma chicha, agua o desierto, luz u oscuridad, hogar o destierro. Somos los herederos de poco más que un cúmulo de continuas decisiones, de nada en particular y de todo en general. Asustados, imaginamos el final del camino, pero no nos damos cuenta de que lo que vemos puede ser, quizás, un principio. Un camino que siempre se encuentra en el punto álgido, ni muy lejos ni muy cerca de nada en particular y a cinco minutos de todo en general. Un camino que nos reta cada luna llena y mantiene altivas las constantes vitales del mundo. La prueba de que somos valientes o locos o cuerdos o muertos vivientes o todo al mismo tiempo. Ese regalo es para todos los superhérores del planeta Tierra y sólo encontrarlo implica una gran responsabilidad; la de vivir. ¿Y vivir es elegir? ¿Sólo hacia una dirección? La vida es el mejor cuento interactivo del mundo. Pero no me conformo. Y quisiera saltar al precipicio y también sentirme a salvo. Crecer y crecer sin restar tiempo a mis días. Vivir con la intensidad de los 15 años cumplidos justo cuando esté en la recta final de la penúltima década. Alojar una clara esperanza en las horas desesperadamente oscuras. Sentir la excitación del pánico en el sopor de una tarde de verano. Bañarme sin que el agua roce mis sentidos. Secar mis lágrimas con cubitos de hielo en polvo. Desear que mi voz se escuche sin pronunciar palabras. Enumerar las gotas de lluvia que crean océanos en los pétalos de las peonías. Quisiera una cosa pero tambièn la otra. Quisiera la noche... pero por qué sólo la noche. Quisiera un instante único que sea siempre el mismo. Quisera ver al sol y la luna besarse. Quisiera avanzar hacia atrás en el tiempo y rodar hasta el cielo en forma de pelusa. Quisiera ser neurona con nombre de mujer o un lunar que decide pasar inadvertido. Heredar tu sonrisa sin firma ante notario. Retroceder mil años hasta encontrar motivos para dejar de alimentar pasiones. Y jugar con vosotros en un bucle de tiempo. Alcanzar el nirvana montada en una noria, y quedarme mirando los sueños más bonitos. Y despertar soñando que sueño que despierto. ¿Quisiera entonces imposibles?
1 Comentario
27/8/2016 22:42:37
Me temo que sí, que quieres imposibles. Pero, acaso hay otra opción?
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Agosto 2018
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