En las noches de calor asfixiante, cuando el bochorno no me deja dormir, recurro a una solución que casi siempre funciona: invierto mi posición en la cama, la cabeza a los pies de la cama y los pies en la cabecera, bajo la almohada. Así, de una forma completamente naíf, engaño al cuerpo, me engaño a mí misma. Y el calor desciende, poco a poco, mientras yo, completamente inmóvil, noto cómo el sueño, por fin, me invade.
En la vida, a veces pasa lo mismo, y un simple cambio de postura te hace descubrir matices nuevos en las circunstancias que conforman tu vida. Y todo puede dar un vuelco inesperado. Y entonces ya no tienes excusa, ya sólo depende de ti decidir si deseas coger por fin el sueño o seguir desvelad@. ¿Qué harás? Últimamente he vuelto a escuchar la Sinfonieta de Janácek. Os la paso: https://www.youtube.com/watch?v=KLUKx6qPlXE
6 Comentarios
Yol
30/6/2016 23:01:45
Y que bien te sienta cambiar de postura. Muy bueno, Monti! !!
Responder
Monti
3/7/2016 17:17:15
Mil gracias por tus comentarios!
Responder
Nonazo
3/7/2016 01:55:18
El síndrome de la tortilla. Cuando se está quemando ya la cosa, hay que darle la vuelta, sí.
Responder
Monti
3/7/2016 17:19:39
Hola! No, imposible conciliar el sueño con la Sinfonietta... Gracias por la recomendación musical: comprobaré sus efectos cualquier una noche cualquiera.
Responder
franki
3/7/2016 04:01:02
Vaya, esta entrada es un salto cualitativo... Este blog está empezando a adquirir muy buena pinta.
Responder
Monti
3/7/2016 17:20:42
Franki, ojalá tengas razón! Gracias mil!
Responder
Tu comentario se publicará después de su aprobación.
Deja una respuesta. |
Hola!Si os gusta leer y no tenéis tiempo, éste es un rincón fantástico para lecturas rápidas. A mí me encanta escribir, así que, ¡genial! Archivos
Agosto 2018
Categorías |