Como cada noche, pegaron las manos y la cara al cristal de la ventana. La Luna iluminaba esa imagen que, por segundos, se volvía casi fantasmagórica. Inmóviles, los dos hermanos, hambrientos, escudriñaban las sombras que parecían escurridizas entre los álamos del bosque azul. Nada. El silencio envolvía la casa y, tras el cristal, el silbido del viento nocturno se burlaba de ellos. De repente, un vuelo arrítmico y enfermizo rompió el hechizo y el último pájaro se desplomó a dos metros de la puerta, con un golpe seco. A partir de esa noche tendrían que aprender a sobrevivir.
3 Comentarios
Franki
24/7/2016 02:21:42
Pero ¿cómo nos dejas así...? ¿Qué pasa a continuación? ¡Que intriga!
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Monti
25/7/2016 19:34:52
Jajajaja! Es un relato megacorto e interactivo: lo que pase a continuación está en tu imaginación.
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Nonazo
25/7/2016 23:04:20
Ufff!!! Me viene de todo. ¿Pero saben los hermanos que son ellos los que hacen que se mueran los pájaros?
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Agosto 2018
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